Gracias a las estadísticas de mortalidad, sabemos que durante el último siglo la esperanza de vida del hombre ha aumentado como nunca lo había hecho, aunque no siempre ha sido así para los pobres del planeta, que siguen sucumbiendo fácilmente a las habituales enfermedades mortíferas.
La ciberconducta y la psicología educativa: retos y riesgos
El cyberbullying es un fenómeno complejo, difícil de definir y
comprender y a su vez con graves implicaciones sociales y
personales. Por ello, se están realizando grandes esfuerzos para
avanzar en esta línea de investigación emergente que está siendo
muy fructífera a nivel nacional e internacional. No obstante, dada su
complejidad y la rápida evolución de las tecnologías de información
y comunicación, existe la necesidad de avanzar y profundizar aún
más en su estudio. El trabajo científico en este campo se ha realizado,
sobre todo, desde la psicología educativa y sus hallazgos son la base
para las primeras intervenciones psicoeducativas. Para promover el
avance de este campo y la transferencia de conocimiento a la práctica
profesional, este artículo introductorio describe brevemente la
investigación sobre el ciberacoso junto a las cuestiones que todavía
quedan por explorar e introduce el monográfico internacional sobre
la ciberconducta y la psicología educativa. Este monográfico,
publicado en el presente número de la revista Psicología Educativa,
tiene como objetivo contribuir al desarrollo de este campo científico
emergente.
El bullying es un fenómeno ampliamente estudiado a nivel
internacional y también a nivel nacional, lo que ha permitido que el
sistema educativo incorpore el conocimiento de la psicología
educativa sobre este problema, con el beneficio que ello puede estar
teniendo para la calidad de la educación escolar y familiar. Hay que
afirmar desde el principio que en este proceso de desarrollo del
conocimiento sobre el fenómeno del acoso escolar la protagonista ha
sido la ciencia psicoeducativa. Efectivamente, tanto la investigación
como los agentes prácticos de la psicología de la educación han sido
hasta el momento los factores que más han contribuido al desarrollo
de este campo de la ciencia psicológica. A pesar de que esta línea de
investigación surgió hace sólo unas décadas (Zych, Ortega-Ruiz y Del
Rey, 2015a), desde el comienzo el interés sobre la misma siempre ha
estado vinculado a la práctica psicoeducativa para intentar prevenir
o paliar sus efectos (Ttofi y Farrington, 2011).
La depresión es un trastorno mental frecuente,
que se caracteriza por la presencia persistente de tristeza y una pérdida de
interés en actividades que las personas normalmente disfrutan, acompañada de
una incapacidad para llevar a cabo las actividades diarias, durante 14 días o
más (23).
La OMS define la depresión como “sentimientos
de culpa o falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación
de cansancio y falta de concentración” (24). La depresión es el resultado de
interacciones complejas entre factores sociales, psicológicos y biológicos.
Quienes han pasado por
circunstancias vitales adversas (desempleo, luto, eventos traumáticos) tienen
más probabilidades de sufrir depresión. A su vez, la depresión puede generar
más estrés y disfunción, y empeorar la situación vital de la persona afectada
y, por consiguiente, la propia depresión (25).
La ansiedad es parte de la existencia humana,
es una palabra que se utiliza para describir diferentes condiciones mentales,
además es considerada como un fenómeno que se encuentra arraizado en la
sociedad moderna; es una emoción de alarma que se experimenta con inquietud,
desasosiego, temor indefinido, preocupación desbordante y miedo a perder el
control (26).